Niñez y juventud

En Ateos de Colombia respaldamos en su totalidad la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Por tal motivo, encontramos fundamentales los primeros artículos de la declaración:

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición […]

Por este motivo y en vista de que no existe ningún indicio de evidencia empírica o argumento lógico en favor de la religión, consideramos que no se debe iniciar a los menores de edad en ningún conjunto particular de creencias sobrenaturales.

Por el contrario, tenemos la firme convicción de que esto constituye maltrato infantil y que viola la libertad con la que nace el menor, todo en nombre de una arcaica concepción de que los menores, antes de ser sujetos de derecho, son propiedades de los padres y que estos pueden transmitirles todas las creencias irracionales y supersticiosas que consideren.

Pues para nosotros, decirle a un menor de edad que arderá por la eternidad en el infierno y que debe humillarse ante un ser sobrenatural que se comunica telepáticamente con él o ella, es mentirle a la cara, sembrar terror en su joven mente y aprovecharse de la posición de autoridad para transmitir una creencia que no tiene ninguna base real.

Que haya individuos por ahí, viendo el mundo de una manera delirante gracias a una poderosamente irracional crianza es una receta para una sociedad desastrosa y viola los más elementales derechos humanos de cualquier persona.

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